Hola de nuevo a tod@s, ¿cómo estáis?, ¿cómo va todo?
Es un placer poder volver a escribiros, este ya es el tercer capítulo de esta segunda temporada de mi blog personal y mi web.
Espero que en esta semana que ha pasado desde mi último artículo/capítulo de mi blog, hayáis estado bien y que todas vuestras actividades e ilusiones se hayan cumplido.
Hoy, viernes 4 de octubre, os quiero escribir acerca de los recuerdos. Muchos de vosotros habréis escuchado alguna vez de parte de un familiar, de un amigo o de alguna persona cercana a vosotros el dicho: «de los recuerdos, no se vive».
En parte tiene una gran razón, pero en otra gran parte discrepo y os quiero explicar por qué no estoy del todo de acuerdo con esa frase tan pronunciada por muchos y oída por otros tantos.
Justamente ayer, estando en mi fisioterapeuta (al que aprovecho para saludar), tuvimos una gran conversación en la que abordamos numerosos temas, que a mí personalmente me hicieron reflexionar y, a su vez, recordar en forma de rememoración y añoranza.
Recordar es revivir ocasiones concretas de nuestro recorrido en la vida, es rescatar de nuestra retentiva momentos vividos, bien sean buenos, no tan buenos o, en la mayoría de las ocasiones, maravillosos.
¿Quién de vosotros no ha recordado alguna vez a compañeros de aulas, de estudios, a los que ya no volvisteis a ver y perdisteis el contacto?
¿Alguien en algún momento no recuerda su primer amor, aquellos veranos escolares eternos en tiempo, pero cortísimos para cualquiera de nosotros?
Ayer justamente recordaba esa moneda de 25 o 50 pesetas, en tiempos en que aún no existía el euro, que me daban mis padres para que los fines de semana, cuando salía con los amigos, y si llegaba tarde, les llamara desde una de las múltiples cabinas que existían en las calles.
Por cierto, me gustaría preguntaros, ¿recordáis la última vez que visteis una cabina telefónica? El avance digital y los maravillosos móviles las suplieron, pero ni han conseguido ni conseguirán borrarlas de mis o nuestros recuerdos.
Recuerdos…
Qué gran palabra, que para mí tiene un amplio y profundo significado, quizá por no quedarme en la palabra, sino por elegir la acción, que no es otra que rememorar y retroceder en el legado de mi vida, de años ya pasados en el tiempo, pero latentes y aún vivos en el momento presente, que es el que realmente importa.
Recordar es tener el poder de experimentar múltiples sensaciones y sentimientos, como evocaciones, nostalgia, rememoraciones, morriña, melancolía, cabanga, merlachía…
Bien es cierto que en estos tiempos que corren, donde la velocidad desmedida de nuestras vidas parece más una imposición que una opción, muchos de vosotros pensaréis que no tenéis tiempo para poder ni siquiera poneros 5 minutos a recordar, pero os invito a que cuando tengáis unos minutos libres en casa, cerréis los ojos y hagáis un repaso mental de todos esos momentos vividos en vuestro pasado que os hicieron sentir bien.
Recuerdos…
En forma de canción o canciones, de fotografías, de libros, de prosa o poesía…
Recuerdos…
En forma de olor de perfume, de sabor de comida o quizá de bebida, que te transportan, aún sin tú quererlo, a otros tiempos ya inexistentes para poder revivirlos, para volver a rememorarlos.
Simple y llanamente recuerdos personales, sin precisar de un añadido para poder sentirlos y tenerlos.
Tal como os estoy escribiendo, me susurran con suavidad múltiples momentos de mi pasado, algunos de ellos con alguno de vosotros que ahora mismo me estáis leyendo, algunos personales, y me pregunto si todas esas personas que anónimamente me leéis y no tengo el gusto de conoceros aún en persona, tenéis la misma sensación que yo.
Nunca olvidéis que los recuerdos forman parte de la vida, y la vida se compone de recuerdos.
Recordar es sentir…
Sentir es darse cuenta de que estás vivo, más vivo que nunca…
Sentir, recordar y vivir son tres alicientes perfectos para una vida en plenitud.
Porque no sólo los recuerdos te hacen sentir ni sentirte vivo, también te hacen sanar esas posibles heridas que tenías abiertas, por no tener claros tus verdaderos recuerdos.
Sentir, amar, recordar, rememorar…
Celebrar cada día el poder recordar…
Yo, por mi parte, ya os tengo presente en mi mente a todos vosotros.
No vivo para mis recuerdos…
Pero sí, con orgullo, puedo decir que vivo con mis recuerdos…
Son y serán mis compañeros de viaje en lo que me reste de vida…
Recuerdos…
Jorge Esquirol
@elblogdejorgeesquirol
Posdata:
Quiero agradecer a personas maravillosas que han aparecido en mi vida: a vosotros, Elvira y Eladio; a Chema y Loli; no me olvido de ti, María, porque la música, la cultura y el arte nos acompañan en todas nuestras conversaciones diarias, así como reflexiones.
A ti, Vanessa, no tengo palabras para agradecerte el siempre estar ahí, en esa conexión energética extraña pero maravillosa que nos conecta en la lejanía, sin necesidad de cable o Bluetooth. Y por supuesto a ti, Dieguín, amigo (¡qué grande eres!), por tu recién paternidad de esa niña preciosa recién bautizada y llamada Lucía. Y a ti, Yohani, gran mujer, madre de Lucía y fiel escudera de Diego, por ser ya parte de mi vida, incrementando nuestra amistad cada día. A ti, Nelly, por ser mi voz, mi presencia y representación en México. Y a ti, Uriel, arrancamos con el segundo libro YA.
Y jamás me olvido de ti, Ricard Reguant, porque siempre fuiste, eres y serás… (no hacen falta más palabras).
Gracias a todos y a la vida por haber permitido que nuestros caminos se hayan cruzado.
Así mismo, quiero expresar mi más sincero agradecimiento a nuevos países que se han incorporado de nuevo en seguirme, leerme y estar en contacto conmigo en esta segunda temporada de mi web, como Alemania, Reino Unido, Italia, Francia, Suiza, Suecia. Y seguir dando millones de gracias a EE. UU., a Argentina, España, USA, Chile, Colombia, Irlanda, México, Brasil, Francia y Japón.
Siempre a tu lado
Siempre a vuestro lado
Que tengáis un gran viernes y un fin de semana inolvidable, maravilloso y para, en un futuro, «recordar».
Y como siempre os digo:
«Sed muy felices, por favor».
Os abrazo.
Jorge Esquirol
@elblogdejorgeesquirol